domingo, 28 de agosto de 2011

DIARIO DE UNA SUICIDA


Intento entenderme, lo procuro, lo busco y no hay forma. La muerte cobra cada vez más sentido al devolverme la esperanza de la huída, de desaparecer de un mundo hostil, extraño, raro
Sigo sin entenderme, también  yo soy hostil, extraña, rara, cambiante, voluble…obviamente la gente enloquece a mi lado, en el peor y más bajo de los sentidos. Enloquecen cuando se dan cuenta de que han colocado todas sus expectativas en un farsa, en algo que no es real, que no tiene vida propia, a quien realmente no pueden conocer ya que ¿Cómo voy a darme a conocer si no me conozco?
Me siento inmersa en un elenco oscuro, donde la materia gris de mi cerebro se ha apropiado de mi mielina, impidiendo mis conexiones neuronales para dejarme pensar con claridad, donde únicamente quedan surcos vacíos de lo un día pudo parecer una mente prometedora, hábil, con destreza.
Me voy perdiendo por momentos y todavía no hay un antídoto para esta locura, si lo hubiera, ya lo tendría en mis manos. Me pregunto qué será de mí en el futuro, del que hablo con frecuencia pero al que miro a los ojos pocas veces, por miedo ¿Estaré sola? ¿Estaré con mi amor? ¿Tendré un amor o simple y llanamente un compañero de vida? ¿Tendré descendencia?
Se me ocurren cientos de preguntas cuyas respuestas son inquietantes, qué digo respuestas en plural, cuando sólo hay una: NO LO SÉ. La paciencia ante la incertidumbre nunca ha sido mi fuerte , supongo que por ese motivo mi impulsividad ha crecido todos los días, y yo he ido alimentando al monstruo que ahora me devora.
Está claro, esto no puede durar, debo despedirme y no hay más que una salida. Debo mirar a la muerte a los ojos, abrazarla, follármela, dejarme invadir por donde ella quiera, permitir que desgarre mi garganta, mi vagina, que me muerda, me arañe e incluso me haga poner de rodillas si hace falta. Tengo que ser su esclava, únicamente lo conseguiré siendo su esclava, porque sin voluntad puedo ser capaz, de hecho ¿Para qué sirve una libertad mal gestionada, con la que no sabes qué hacer?
Ahora queda buscar el método, nada de escenas dantescas, nada de espectáculo, quiero irme con la dignidad con la que no he estado, pero tengo que pensar, la vida no es una novela de Shakespeare donde un fiel boticario me proporcionará una droga mortal.  La puta vida es otra cosa.
Miro a mi alrededor, buscando respuesta y todas las que hallo me producen pánico, he de admitir que le temo al dolor. Por otro lado, quizás fuese el dolor la única forma de entender antes de morir que aún quedaba algo de vida en mi cuerpo. Sí, posiblemente el dolor me haría sentir algo, lo que sea, que ya es más de lo que siento ahora.
Me miro en el espejo y pienso en algo que me agrade. La comida, el sexo, las drogas y en definitiva todos los placeres mundanos. El sexo podría ser una buena elección pero ¿Cómo morir follando? Lo único que se me ocurre es…¡Sí, ya lo tengo! La muerte por asfixia. Bien conocido es que la asfixia llega a provocar una relativamente rápida dependencia para alcanzar el orgasmo, que si se hace en repetidas ocasiones ya no puedes correrte sin sentir que te ahogas. Definitivamente es la mejor opción, morir con un orgasmo.
Busco clubs liberales, lugares donde encontrar sexo agresivo, la red parece poco fiable para mi propósito y finalmente, decido buscar ayuda en mi amiga Eva, una golfa alocada a quien le gusta experimentar con casi todo, una mujer escandalosa y perversamente pura. Le explico que ardo en deseos de experimentar nuevas sensaciones y he pensado en el sadomasoquismo como nuevo deleite. Está encantada de explicarme las maravillas de encontrar el punto de intersección entre el placer y el dolor y finalmente accede a conseguirme una invitación (es clienta vip de los mejores antros de la ciudad).Por supuesto, no conoce mi objetivo.
Quiero engancharme a la asfixia como una drogadicta, para que mi muerte me haga gozar como una nunca cuando me den mi dosis después de pasar un terrible síndrome de abstinencia, de modo que tendré que acudir varias veces. La primera iremos juntas, mi ángel de la muerte y yo.  Quedamos en su casa ¡Madre mía, está espectacular! “Voy a tunearte nena”, me dice. Yo asiento sonriendo y me siento, me dejo hacer. Eva me tunea por fuera, con sombras oscuras en los ojos y carmín en mi boca. Me viste con un mono de látex con “fáciles aberturas” y unas botas que estilizan mi figura. Por dentro nos tuneamos con éxtasis. La noche promete.
Llegamos al local, la clandestinidad me excita  y el éxtasis también. Me gustan las personas con antifaces, tienen un aire misterioso, macabro, impetuoso. Aparecen dos mujeres que sonríen a Eva  y a continuación ella sonríe y asiente ¿Era un permiso o algo así? Cada una me agarra una mano para después colocar las manos detrás de mi espalda y ponerme contra la pared. Una de ellas me pregunta:
-¿Qué buscas? ¿Sumisión? ¿A qué nivel?-Pregunta mientras ha abierto cremalleras algunas cremalleras de mi mono de látex y me acaricia suavemente el cuello-
-Quiero iniciarme asfixiándome mientras alcanzo el orgasmo, quiero ir adentrándome poco a poco, disfrutarlo.
-Está bien,  de modo que eres sumisa. Hoy te iniciaremos. Bienvenida…-dice mientras me da una fuerte palmada en el culo-
Sigo de espaldas, mientras me colocan algo en la boca que me impide hablar, la chica que me hablaba me acaricia todo el cuerpo, de forma que me estremezco. La última cremallera que queda por desabrochar es una gran redonda en el pubis, toda mi vagina y mi trasero quedarían descubiertas. Y la desabrocha. Acto seguido empiezo a ser embestida, supongo que  se habrá puesto un arnés para follare, pero no. Cuando me doy la vuelta encuentro a un hombre con máscara, fuerte, muy fuerte. Me engancha del cuello y empiezo a sentirme mareada, supongo que la falta de oxígeno mezclada con el éxtasis dan ese resultado. No es desagradable, incluso podría decir que me gusta.
Empiezo a sentirme débil y el hecho me provoca un paradógico placer. Sé que quería esperar, pero no puedo prolongarlo, quiero que sea ahora. Finjo fuerza con la destreza de una gran actriz, sé que si sigue asfixiándome no lo soportaré ya que, a juzgar por cómo maneja su fuerza (excesivamente) es un aficionado que puede fallar en cualquier momento, en MI MOMENTO.
Él sigue detrás de mí, penetrándome con la intensidad de una taladradora y cuando veo que son óptimas las fuerzas puedo fingir para pronunciar palabra, me giro, le lanzo una mirada desafiante y le digo “¡Más, jódeme más, ahógame más! Y así lo hace mi segundo ángel. El éxtasis vuelve a subir a mi cabeza, se me nubla la vista, sonrío. Eva me mira, confusa, no sabe si me gusta y yo la miro sonriendo y le levanto el pulgar, la quiero, ella lo sabe, yo lo sé. Cuando soy consciente de que voy a echar mi último aliento siento estallar mi clítoris, me corro…y ya no veo nada más. Todo queda en paz. Me voy, no sé dónde, pero me voy.

miércoles, 17 de agosto de 2011

YO, YO MISMA Y AINOHA






Son las 5 am y no puedo dormir. Me ha despertado un calor sofocante que ha encendido el fuego que llevo dentro, ese que no se apaga ni con el aire acondicionado.
Voy a tomar un vaso de zumo bien frío. Tal vez refrescándome un poco pueda volver a mi plácido sueño.
Bien, parece funcionar unos minutos. Me entra el sueño y  vuelvo a la cama, pero la tranquilidad no dura. Vuelvo a despertar, esta vez el calor se encuentra entre mis piernas, igual que la humedad que ha empapado las sábanas, debería levantarme a cambiarlas, pero el caso es que el olor, la textura y la propia humedad me están excitando demasiado.
Miro hacia  arriba. Sabía que hice bien mandando a colocar el espejo justo encima de la cama (Me encanta ver los traseros de mis amantes de mis amantes empujandoentrando y saliendo). Ahora la visión es algo distinta. Soy sólo yo, la imagen fielmente reflejada de una chica morena, con el pelo largo, delgada, grandes pechos y cubierta con un camisón corto de color blanco. Casi angelical, pero endemoniadamente excitada.
Me gusta mirarme, doy vueltas de un lado a otro de la cama, sin perderme de vista en el espejo. Hago posturitas, me chupo los dedos, imagino a un espectador ¿Le gustaría el espectáculo? Hoy no lo necesito, soy  la protagonista y la espectadora. Me basto y me sobro. Me encanta ver cómo se marcan mis pezones en el camisón blanco, de modo que empiezo a jugar con mis pechos. Saco uno, escondo el otro y hay un momento, en una posición determinada, donde decido comenzar la ejecución.
Estoy tumbada, boca arriba, la mirada continúa clavada en el espejo. Mi camisón sobre cubre hasta mi cintura, dejando ver mi ombligo. Mi tanga, blanco a juego con el camisón se adivina mojado. Tengo un tirante caído deslizándose por mi hombro izquierdo, mi pecho izquierdo está fuera del camisón, y el derecho, cubierto, con su tirante perfectamente colocado. Tengo las piernas ligeramente abiertas y no puedo evitar contonearme un poco.
Empiezo a jugar con mis tetas, a acariciarlas, lamerlas,  mirándolas de forma lasciva como si no fuesen mías. Siento una súplica que viene de más abajo. Sin duda, mi vagina me está pidiendo atención directa. Mis manos se deslizan por mi vientre, bajando despacio, torturándome, tocando primero las ingles, autoengañándome, fingiendo que mis manos irán desde las ingles directamente a mi vagina, pero no, es una trampa. Vuelven a mis pechos.
¡Vaya! No había reparado en el espejito que tengo justo al lado de mi cama (en el lado derecho). Se me ocurre prestarle atención. Saco un vibrador de la mesilla de noche, le coloco un preservativo con la boca (por supuesto, mirándome en el espejo) y  lo coloco en la cama, encima de un cojín. Me coloco justo encima, más bien acomodo mi coño justo encima del vibrador y empiezo a frotarme con el.
En ese momento me encanta tener el espejo de al lado, donde emulo una follada salvaje y bestial. Presiono en vibrador, presiono hasta el cojín, me restregó con tantas ganas como cuando era una jovencita que practicaba peeting.
Siento que estoy a punto de correrme, pero no, no permitiré que la fiesta acabe, no ha hecho más que empezar.
Me acomodo mirando nuevamente hacia arriba, dejo el vibrador, abro mis piernas y empiezo a jugar con mis dedos, acariciando mi vagina con ellos, introduciéndolos, sacándolos, chupándolos, oliéndolos. Mientras juego con una mano en mi vagina, la otra se ocupa de mis tetas, prologando así la erección de mis pezones, llevándomelos a la boca…
Mis dedos siguen entrando y saliendo sin parar y, casi sin quererlo, estallo de placer, no puedo controlar mis gemidos, me corro, me corro como una perra en celo. Uffffffffffffff, me digo a mí misma, ha sido increíble muñeca.
Miro el reloj. Son las 7am, hora de ir a trabajar.
Me doy una ducha y salgo rápido de casa. No me gusta llegar tarde.
·         Buenos días Ainoha –me saluda mi compañera de trabajo- ¿Qué tal la mañana?
·         Buenos días Eva, bueno, he de reconocer que movidita…    ;-)

domingo, 14 de agosto de 2011

SPIELBERG Y EL SEXO



Todos nosotros, o la mayoría de nosotros, nos hemos deleitado con las películas americanas, de cualquier género. Ya sea una comedia romántica protagonizada por Julia Roberts, un drama protagonizado por Susane Saranddon, una película de suspense, protagonizada por Denzel Washington o una de terror, protagonizada por Robert Englund.
De todos los films que he visto a lo largo de mi vida (no han sido pocos, me considero buena cinéfila), el otro día decidí hacer una lista de incongruencias o inverosimilitudes que he encontrado general o específicamente en ellas.
  • Los americanos, algunos ingleses e incluso algunos españoles (menos, en España se lo curran más) no se despiertan con ganas de orinar. Se pueden despertar, mantener una larga charla, incluso follar, pero no orinan. Nunca he entendido este detalle ¿Consideramos indigno ir al servicio?
  • Sería una desconsideración para las guapas y maravillosas actrices no destacar lo estupendas, perfectamente maquilladas, meticulasamente peinadas y con unas blancas sábanas modelo palabra de honor cubriendo celosamente sus pechos. Básicamente igual que cuando yo me levanto o cualquiera de lectores/as de este relato ¡Anda ya!
  • Bien, sigamos con lo genérico:  He visto algunas películas en las cuales una pareja, por ejemplo, se va a dormir sin haber recogido el comedor, colocado bien el sofá, etc. Sin embargo, cuando se levantan (a no ser que el film pretenda plasmar una pelea por desorden o algo así, claro, en caso lo exagerarían), la casa está impecable, absolutamente reluciente. No ha podido hacerlo nadie, ya que no tienen mujer de la limpieza, nunca suelen tenerla porque nunca tienen mucho dinero, obviaremos que viven en casas fabulosas, desayunan, comen y cenan fuera. Espectacular.
  • Otro aspecto a destacar son los desayunos. Todos los padres tienen la grandísima suerte de entrar a trabajar los suficientes minutos después de que sus hijos entren en el colegio, para que así les de tiempo a llevarles ¡E incluso a recogerles!. Bien, me pregunto cuál es la hora exacta a la que entran a trabajar, porque si son las 8 o las 9, se habrán tenido que levantar a las 5 de la mañana para desayunar todos reunidos, preparar unos platos propios de una cena, desayunar bien tranquilos, leer el periódico, ducharse, etc antes de ir a trabajar. Debo ser una de esas mujeres raras que entra a las 8.30 de la mañana y me despierto a las 7.15, con lo cual, me da tiempo, más bien a poco.
  • Siempre he querido, ya que estamos, saber a qué hora comienza una cita. El chico va a buscar a la chica, ya parece de noche. Van primero a cenar, después al teatro, dan un largo paseo acompañados símplemente por su idílica conversación. Cuando chico deja a chica en casa son las 21.00. ¿Cómo es posible? Agradecería la respuesta de algún iluminado porque no lo entiendo.
  • Todos nosotros, tengamos o no un lenguaje correcto, sabemos que hay personas que cometen incorrecciones como "haiga" en lugar de haya", "asín" en lugar de "así","si fuera ido" en lugar de "si hubiera ido"....Pues no señores, en las películas americanas no importa que vengas de una capa social alta o baja (y para nada quiero decir que quienes vengan de capas sociales bajan hablen o escriban mal). Tu lenguaje es correctísimo, lo único que les pueden hacer a los personajes es darles menos registro y una entonación estridente para demostrar que son "unos garrulos".
  • ¡Ah! No podía faltar ésta. ¿La gente aprendió a besarse a partir de la década de los 70? Puedes estar presenciando la más bella historia de amor jamás contada, pero el beso final será forzado, seguro que él le duele la espalda de tener que coger en brazos a una flower power que se va a desamayar por ese nímio e insípido beso en el cual, ni siquiera entreabren los labios. Permitiéndome una grosería, les preguntaría ¿No tenéis ganas de daros un morreo, de que os coman bien la boca? Esta gente no sabía lo que se perdía.
  • Los malos, no podemos olvidarles. Un film puede llegar a ser muy parecido al Nuevo Testamento ¿De qué manera? Pues absolviendo a la gente de sus múltiples pecados. Todos los que hayan visto "La teniente O'neill", recordarán que el jefe de grupo excede los límites legales de cómo imponer disciplina, en el momento en que estampa a Demi Moore la cabeza contra una madera, lo cual rompería la nariz a cualquier, le baja las bragas emulando que la va a violar....en fin. Este hombre, es finalmente rescatado de la muerte por ella, y cuando ya ha pasado toda la mierda y están a salvo, él le dedica una tierna sonrisa. Aysss, una sonrisa...sí, una sonrisa, y a través de esta sonrisa yo tengo que interpretar que el personaje realmente nunca fue malo, que bueno...no sé, pero todos hemos tenido tendencia a hacerlo, porque nos lo han vendido así.  Lo mismo pasa con Meryl Streep en "El diablo viste de Prada", donde encarna a mujer odiosa, traidora, imperativa y esclavista. Esta mujer, finalmente emite una sonrisa. ¡Nada, absuelta de todos tus pecados mujer!
  • Volviendo a las cosas que se limpian solas, yo recuerdo una escena maravillosa de la película "Ghost", donde ella está despierta, haciendo un jarrón de barro.Él se levanta sin poder dormir y se sienta detrás de ella, empieza a ayudarta con su jarrón y los dos acaban con las manos perdidas de barro. Pues bien, después de besarse y excitarse, lo siguiente que vemos es a los personajes de pie bailando, seguido de unas inmaculadas manos de Demi Morre acariciando el abdomen de Patrick Swayze. ¿Cuál es el mensaje? ¿Que no seamos cortarroyos yéndonos a lavar las manos antes de tocarnos las partes nobles?.
  • Poner directamente los pies en el suelo cuando vas a la universidad ¡Vamos, igualita! Todo el mundo tiene una taquilla, muchísimo tiempo entre clase y clase para hacer un buen pasilleo. También la gente acude a múltiples fiestas, sale los viernes y sábados, tiene una vida social que le absorve, pero nadie sabe cómo, la gente aprueba las asignaturas sin problemas. Sí, igualito, todo universitario lo sabe.
  • Hay una película genial, que nos da un mensaje clarísimo: Si un hombre sale de la ducha, basta con que se ate bien la toalla a la cintura. Una vez atada, puede protagonizar una espantosa pelea, llena, sobretodo de patadas, porque esa toalla ni se moverá, permanecerá intacta. "Al límite del riesgo". Vale la pena ver esa escena de Van Damme.
  • Otra película nos da el mensaje siguiente: Por muy maleducada que seas, incluso si te permites ser lo suficientemente grotesca como para sentarte espatarrada en el asiento de un ascensor, llevando una mini falda, lo único que necesitas para cambiar esa actitud es un buen vestido nuevo. Julia Roberts ha sido la clara imagen en Pretty Woman. ¿Para qué coño me he tirado tantos años estudiando, cuando lo único que tenía que haber hecho es ir de compras?
  • El último film que mencionaré es un mito: Da igual que trabajes ocho horas al lado de tus compañeros, con lo que además tienes amistad. Si te quitas las gafas y te peinas de forma distinta no te reconocerán. Ni siquiera hace falta que te tiñas el pelo, te pongas una peluca o qué sé yo. Y mira que soy fan de Superman pero....tiene tela la cosa.
Todos estos aspectos (y no los he nombrado todos) sólo me llevan a una conclusión: Un deseo voraz de huir de la realidad a toda costa. ¿Serán los directores de los films unos grandes hedonistas?
Muchas veces he defendido las películas españolas, ya que, aunque puedan figurar inverosimilitudes en ellas, nunca son tan extremas.
Me encantó ver "Lucía y el sexo", donde, a pesar de haber aspectos irreales, la protagonista orinaba cuando se despertaba, estaba desnuda en la cama, llevaba el poco maquillaje medio corrido...Me veo más en Paz Vega como Lucía, que en Julia Roberts como Bibian.
Me gusta soñar, me encanta, pero no creo que debamos idolatrar todo lo que no es humano y esconder nuestro lado que más ocupa tiempo en el día a día, donde no estamos siempre perfectamente maquillados, de buen humor, a veces nos pisamos los diálogos con absurdas interrupciones...Puede que yo sea débil, pero reconozco que mi adolescencia se vio algo frustrada (mínimamente) al comparar mi primera vez con la de las películas. Claro, la música no salía del aire, había que aprender a usar un condón, el pene no entraba a la primera...
Mi conclusión es la siguiente: A pesar de que nos guste soñar, debemos ser felices encontrando la belleza donde la hay, en el tú y yo el yo, en nuestras imperfecciones, en nuestras manchas, en nuestras sonrisas, en la baba que nos puede caer de la boca cuando dormimos. Pienso que recuperaríamos mucha más seguridad.

jueves, 11 de agosto de 2011

LOS ÁNGELES NO TIENEN SEXO



Quiere ser un hombre, de hecho lo es, porque es lo que siente. Esta sociedad enferma sigue sin entenderlo, rigiéndose por un imperativo categórico que siempre utiliza la misma retórica demagógica: “Son enfermos”,”no los trago”, “no puedo con ellos”, “no puedo evitarlo, me dan rechazo”. Y un largo etcétera que no seguiré mencionando para no tener ganas de vomitar.
¿Estamos locos o qué nos pasa?
Se sometió a una operación para reducir sus mamas, absorbiendo toda la grasa que hay dentro, recortando los pezones para que no sean prominentes. Salió mal, salió de quirófano con un coágulo de sangre que aún hizo aumentar más su pecho derecho que antes de la intervención. Segunda operación: salió mal, su pecho derecho todavía tenía aspecto femenino. Tercera operación: Todavía no tiene el aspecto óptimo, pero le han operado tres veces en tres días y hay que esperar seis semanas para ver el resultado final.
Si trabajase como funcionario, por ejemplo, como policía, debería ocultarlo, jamás pasaría una entrevista diciendo que es transexual. Alegarían gilipolleces como “No da el perfil”. Absoluto desprecio.
Lloros agónicos y lamentos después de la primera operación, que esperaba ansioso. Decepción después de la segunda, y algo parecido a la resignación después de la tercera.
Estoy convencida de que muy pocas personas se plantean todo este proceso antes de juzgarles, de etiquetarles como enfermos. Les haría una pregunta a esta pandilla de ignorantes atrevidos: ¿No creéis que ya han tenido bastante? ¿Si os operasen tres veces sin éxito de un tumor, estaríais de humor para aguantar las tonterías intolerantes de un puñado de intolerantes sin escrúpulos?
A todos los transexuales, desde todo mi respeto, cariño, admiración por su valentía y, ante todo, una gran empatía, les diría algo: Quienes no os entienden, os maltratan, os discriminan u os hacen el vacío, sólo merecen una calificación, INFRASERES.
Los ángeles nacen sin sexo, vosotros con el sexo equivocado, el que no os corresponde, el que tenéis todo el derecho de cambiar.
Y repito, la sociedad está enferma, no vosotros.
¡Que les jodan!