sábado, 18 de septiembre de 2010

16. INTEGRACIÓN vs REVOLUCIÓN

http://lasuertesonriealosaudaces.blogspot.es/img/velo.jpg 

Hay veces en que siento que debería hacer las paces con el mundo, aunque él sabe que no fui yo quien inició esta batalla. Mi sentimiento de pertenencia es extraño, abstracto y parcial. Veo el mundo como quien mira una película, observando a los protagonistas, sintiendo lástima por unos, envidiando la suerte de otros, cogiéndoles cariño a otros cuantos y pasando por alto a quienes me pasan desapercibidos, pero yo no soy ninguna de esas personas. Yo no estoy dentro.
Rechazo con tanto aplomo la hipocresía de lo que está bien y lo que está mal, que la reconciliación será más bien tardía.
Rechazo la homofobia, la desprecio con toda mi alma.
Rechazo el racismo
Rechazo la xenofobia
Rechazo a quienes tachen injustamente de “malo” todo aquello que se aleje de sus costumbres: prostitutas, actrices porno, streepers, parejas liberales…
En definitiva, rechazo a todo aquel que rechace injustamente. ¿Y por qué injustamente? Pues me atrevo a decir que es injusto, porque ni los homosexuales, ni los negros, ni los rusos, ni las putas….hacen daño a nadie sólo por el hecho de serlo. Me encantaría que algunos entendieran que son tan buenos, tan malos, tan sinceros, tan mentirosos, tan amables, tan antipáticos….como cualquier heterosexual, caucásico y católico.
Con todos mis respetos hacia la antropología, los grupos son heterogéneos y si el mundo pudiera entender lo maravilloso que es el hecho de que seamos distintos, sin buscar la supremacía de unos respecto a otros…¡Cuánta belleza encontraríamos en el mundo!
Todos estos sentimientos vienen de una mujer feminista, liberal, conservadora a su manera, simpática, borde cuando no tiene el día... De alguien que jamás,  o al menos conscientemente jamás le haría daño a nadie, de alguien con inquietudes, con metas, de alguien que realmente no se deja conocer, a pesar de ser habladora, dicharachera y divertida.
Sé que lo mejor para mi es integrarme y dejar de rechazar, ya que la revolución sirve más bien para poco y no quiero ser un intento de heroína a costa de sufrir toda la vida. Después de recapacitar mucho al respecto, sí, lo mejor  es una vida que, planteada desde el punto de vista de la Integración, resulte cómoda, en definitiva, adaptada. Además, siempre que pienso en la revolución, pienso en nuestra propia historia: "El Franquismo" que, a fin de cuentas, no acabó por las continuas y loables revoluciones, sino por la muerte del dictador. Es una idea que da vueltas sin parar en mi interior, no sé por qué, no sé si tiene algún sentido ni si es importante buscarlo.
Además de todo, no quiero ser hipócrita, tampoco he sido nunca una activista ni una luchadora por los derechos humanos, nunca, que yo recuerde he acudido a una manifestación. En definitiva, no he aportado nada más que unas conversaciones para mostrar mi más absoluto desacuerdo y rechazo respecto a la vulneración de ciertos derechos, lo cuál tampoco me ha convertido en una heroína.
Todo esto me hace pensar que no he sido una auténtica revolucionaria, donde, paradójicamente me he quedado en el camino, en busca también, de la aceptación.
Con esta reflexión se me plantean dudas. Si tan importante para mí es la aceptación de los demás ¿Debería luchar por ello? ¿Aprendería a ser más feliz si dejaste de importarme, aunque sea un poco?.
El camino hacia el autoconocimiento se me hace duro, más que duro, me entristece, me conozco poco, pero espero que esa persona a quien intento sacar a la luz (yo), me guste.


Ainoha