sábado, 14 de abril de 2012

LA OBRA DE MIS PERVERSIONES















Demasiados días ya sin aparecer por aquí, añorando exhibirme, deseando que de una vez los lectores vuelvan a follarme la mente…la misma mente de siempre.
Mi mente perversa, altiva, sencilla, humilde, preocupante, paradójica, inquieta, cambiante…
Añoro el absurdo, nada pragmático y maravilloso mundo donde fluyen las palabras por sí solas, por el mero placer de soltarlas, sin ningún objetivo definido, sin sentido quizá, pero mi mundo, al fin y al cabo.
Y así, sin más dilaciones, otra gilipollez que contar:
Han pasado casi cinco meses desde mi liberación, desde que soy feliz, o no infeliz ¡Qué más da! Todo ha sido un continuo caos, una búsqueda de aventuras, de sensaciones. He sentido la necesidad de revelarme contra el mundo todos los días, mostrándome de frente, escandalizando si era necesario, ahuyentando todo lo que pudiera acercarse a un metro de mi psique.
Y ahora sigo siendo yo pero ¿Quién exactamente? ¿La de antes? ¿La de ahora? ¿La de  antes de qué? Abrir los ojos a la realidad aterra a los jodidos débiles con máscara de hierro entre los que me encuentro…yo prefiero callar a confesar que entras en mi corazón, prefiero mirar  hacia otro lado cuando una mirada me intimida, sonreír bromando cuando desearía llorar.
Demasiadas cuestiones para mí en este momento, debo arreglarme, tengo una cita, una de tantas últimamente, pero sin duda, una diferente. Voy al teatro con un morboso, calenturiento y perverso fulano que me erotiza desde hace días.  Monólogo de una bellísima actriz de teatro independiente.
Las miradas del fulano resulta que no se centran en mí todo el rato, lo cual no significa que sean desviadas hacia el monólogo…no…más bien la bellísima actriz le provoca esa mirada golfa incandescente que me sigue excitando aun sin ir dirigida a mi persona. Puede que me excite más incluso por tener el suficiente ángulo y perspectiva para contemplar cómo se van achinando sus ojos, entreabriendo su boca…Ufff…Deléitate bien mirándola cabronazo, más tarde serás mío, pude que adquieras un rol dominante, incluso puede que me guste, pero sé que te desconcierta el dominio de mis emociones.
Serás tú quien no sepa qué decir cuando te explique la maravillosa obra que he visto en tu mente follándote a esa actriz, desviarás la mirada, sonreirás, no podrás negarlo y en el fondo seré yo la mujer por quien te sientas fascinado. Y sigues, la miras de arriba abajo mientras acaricias mi pierna, cada vez con más fuerza y subiendo de forma pícara hacia mi entrepierna, posiblemente imaginando que la tocas a ella…mientras yo me imagino contemplando la escena.
Resulta absolutamente fascinante pensar en lo que habrá dentro de las mentes pensantes de toda la sala, y sé que la tuya es la que me interesa, la que estoy follando en este momento…la que me gustaría follarme muchas veces.
Fin, se acabó la obra (la del escenario, claro). La actriz, cercana, fascinante, sexy, divina…Pienso en sacar mis armas, intentar seducirla para deleitarte con ello pero una vez más pienso: “Habrá tiempo”.
Siempre quedarán otras obras y, por supuesto, otro relato donde compartirlo. Definitivamente no sabes dónde te has metido nene…